Las hermanas tienen de seis a nueve años como límite después de haber realizado sus primeros votos para hacer su discernimiento en su opción de vida radical de seguir a Cristo. Cuando están listas hacen su petición a la Congregación para hacer los votos perpetuos que quiere decir “hasta la muerte”. Se prepara durante un año y como mínimo durante dos meses intensivos, para dar la respuesta definitiva a Dios de su consagración hasta el día de su muerte.